En los últimos meses el mundo se ha enfrentado a la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, ante este escenario muchos aspectos de la vida personal y laboral cambiaron para adaptarse a la llamada “nueva normalidad”. El efecto inevitable a largo plazo de estos ajustes es la aparición de crisis. 

Una crisis no es más que un cambio brusco en nuestra realidad que genera caos, miedo e incertidumbre, pero al mismo tiempo es una gran oportunidad para tomar acción y transformarse.

La pandemia ha generado crisis de todo tipo desde existenciales hasta económicas o empresariales, adaptarse a ellas y encontrar sus beneficios no es tarea sencilla, requiere de ver las cosas con perspectiva, de mirar “fuera de caja”, de encontrar la manera de reinventarse con los recursos que tenemos disponibles, de grandes dosis de creatividad.

Tal cual dijo Albert Einstein “En momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”, precisamente la creatividad ha jugado un papel clave dentro del sector empresarial, porque no sólo permite innovar,  encontrar ideas y soluciones, sino también vislumbrar posibilidades. 

¿Pero la creatividad también ha entrado en crisis durante esta época? La respuesta es no, al contrario está más viva que nunca, la creatividad es un recurso ilimitado que ante las adversidades adquiere más fuerza, prueba de ello es que el ingenio no deja de hacerse latente en el actuar de las empresas tras la situación del coronavirus.

Las crisis son las grandes aliadas en la creatividad, no solo la potencian, sino también nos impulsan a salir de nuestra zona de confort, a pensar diferente y a considerar opciones que de otra manera nunca hubiéramos llegado a ellas. 

Incentivar los procesos de creatividad dentro de una empresa es fundamental para garantizar su mejora continua, es un componente esencial en cada uno de nuestros proyectos, por ello en T&C Group siempre buscamos la manera de que nuestros colaboradores sigan desarrollando esta habilidad.